Toxina botulinica para la Hiperhidrosis

La toxina botulínica sirve para otros tratamientos alternativos a las infiltraciones para las arrugas.

La toxina botulínica es una alternativa eficiente en el tratamiento de la sudoración excesiva o bien hiperhidrosis, una enfermedad que no tiene trascendencia médica, mas sí esenciales incomodidades para quien la padece.

La toxina botulínica y la sudoración intensa

La administración subcutánea de la toxina botulínica (bótox) es un tratamiento novedoso, simple y seguro para muchos pacientes con hiperhidrosis local primaria, en especial para el tratamiento de la sudoración intensa en las axilas.
Si tomamos en cuenta que la cirugía a través de simpatectomia tampoco suprime el inconveniente claramente y que puede presentar dificultades bastante serias, la opción alternativa de regentar 3 inyecciones de toxina botulínica anuales a los pacientes no semeja demasiado problemática.

La hiperhidrosis tratada con la toxina botulínica

En España su empleo no esta autorizado en la hiperhidrosis palmar, plantar, facial, en la espalda y en el pecho, si bien existen múltiples estudios en la literatura científica mundial que señalan su utilidad y su seguridad máxima. Su mecanismo es el bloqueo temporal de los nervios que hiperestimulan las glándulas sudoríparas.

En verdad, el Botox ( la toxina botulínica) es el preparado con mayor experiencia clínica y el único aprobado en este país para el tratamiento de la hiperhidrosis.

Los efectos del tratamiento empiezan a apreciarse entre 2 y 4 días tras la inyección, y la nosología desaparece por completo en una semana, la sudoración sé de nuevo rebosante a los 4-6 meses más o menos, con lo que el tratamiento debe repetirse entre 2 y 3 veces por año.

No existen contraindicaciones para reiterar el tratamiento.
Se aplica en el área a tratar a través de una punción que es poco dolorosa y realmente bien tolerada, sin precisar anestesia local.

Se trata de un tratamiento segurísimo y de una eficiencia altísima.